Like a fool I fell inlove with you.






Llevaba ya 45 minutos sentada en el sofá, mirando fijamente a la pared llena de fotos.
Llena de sus fotos, cabe destacar.

Hundí la cabeza entre las piernas, dejando que el pelo se deslizase suavemente por mis rodillas, bajando hasta mis tobillos.

Respiré hondo, una, dos, tres, cuatro veces...

Me atreví a mirar de nuevo al corcho que se alzaba ante mi, imponente.
Su mirada se clavaba en mi, repetidas veces, desde distintos ángulos.
Tuve ganas de arrancar todas las fotos que había pegado allí tiempo atrás, pero no me sentí capaz de hacerlo.

Nunca me sentía capaz de librarme de él.

Joder.

Cualquiera que me viera se reiría de una chica tan enclenque.
Con tan poca decisión, tan poca iniciativa.

Hasta yo sentía ganas de reírme de mi misma de una forma cruel, pero la realidad era que yo no podía librarme de él, de sus ojos, de su mirada, del roce de su piel.
Era como una droga.

Él me trataba mal, solo me traía problemas, me hacía sufrir, pero yo seguía necesitandole.

No sé si podría llamarse a eso amor, o simplemente dependencia.

-Layla! Ven a comer!

La voz de mi madre rompió la cadena de pensamientos que se enredaban unos tras otros creando una compleja red de nuevas posibilidades para recuperarte.

Cuando abrí la puerta, olía a filetes.